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¿Por qué es importante contar con los campos experimentales del INTA para investigación?

Entre otras aplicaciones, los campos experimentales del INTA son sitios que nos permiten desarrollar investigaciones y comparar diferentes situaciones de manejo pudiendo analizar la biodiversidad.


El Campo Experimental Anexo Deán Funes del INTA, de 235 ha está dedicado a la cría bovina y a la apicultura, actividades típicas del noroeste cordobés. Incluye 26 ha que son un área natural con bosque nativo Chaqueño (Reserva). El grupo de Ecología y Diseño del Paisaje (ECODI, perteneciente a la UDEA) llevó adelante un estudio preliminar para determinar la biodiversidad (mamíferos y aves) y su función en el ambiente. Se colocaron cámaras trampas distribuidas en 3 potreros (o lotes) con diferentes grados de manejo y en el lote Reserva. La mayor biodiversidad fue encontrada en el lote Reserva. Allí los tres estratos vegetales presentes (herbáceas, arbustivas y arbóreas) representan un potente espectro biológico que promueve el mantenimiento de la salud en los agroecosistemas, ya que pueden proporcionar recursos y hábitats de refugio para insectos beneficiosos, especies silvestres (aves insectívoras y carnívoras); y de este modo mejorar el control natural de las especies problemáticas.
Las plantas nativas y estas áreas funcionarían como parches de un corredor biológico que, sumado al aumento de las interacciones con el entorno circundante dentro de los sistemas productivos, permitiría la generación de hábitats más biodiversos y ecológicamente funcionales propiciando la compatibilidad entre conservación y producción.
Este campo experimental del INTA nos abrió un abanico de posibilidades para desarrollar nuevos estudios que combinan la producción sustentable y la conservación de la biodiversidad nativa.

Por Paula Taraborelli – Investigadora del grupo de Ecología y Diseño del Paisaje de la UDEA